eagleheart escribió:En mi ejemplo, hablo de cuando alguien en su voluntad ha aceptado la idea de no ir, ha consentido y por tanto comete pecado.
Salu2. Paz y Bien.
La decisión firme y con voluntad de realizarla es ya el mismo pecado; el hecho de realizarlo o no sería apenas una circunstancia del pecado. Así, si una persona decide no ir a Misa un domingo, y lo llevan obligado, puede entenderse que pecó por esa voluntad de incumplir la ley de la Iglesia.
Desde un punto de vista moral, el pecado está en la voluntad (conocer y querer) y no en la realización del mismo. No es necesario haber matado para ser un homicida desde el punto de vista moral.
Ahora bien, usualmente, el que cree haber tomado una decisión firme de no hacer algo y termina haciéndolo (o vice versa), suele ser porque su decisión no era tan firme -y, por tanto, menos pecaminosa-.
También, cuando se trata de pecados más graves (como el homicidio), es difícil que una persona pudiera decir que tuvo la decisión firme y resoluta de matar si ni siquiera dio inicio a los primeros actos necesarios para realizar su obra mala. Es posible, pero sería bastante raro.
El que tiene la decisión firme de hacer algún mal, pone los medios para realizarlo; si ni siquiera comenzó a poner esos medios, lo más probable es que su voluntad no estuviera realmente determinada.
En fin, es un asunto de confesionario y cada uno tendrá que ver en su examen de conciencia. Sin embargo, una advertencia: si continuamente te confiesas por haber resuelto cometer un pecado, pecado que nunca llegas a materializar, adviértelo a tu confesor pues eso apunta a escrúpulos. En otros casos, está bien y es propio de una conciencia sensible.