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Catecismo Mayor San Pío X
413.- ¿Qué prohíbe el quinto mandamiento: no matarás? - El quinto mandamiento: No matarás, prohíbe dar
muerte, golpear, herir o hacer cualquier otro daño al prójimo en el cuerpo, ya por sí, ya por otros; como también agraviarle con palabras injuriosas o quererle mal. En este mandamiento prohíbe igualmente Dios, darse a sí mismo la muerte o el suicidio.
420.- ¿Está prohibido también el duelo en el quinto mandamiento? - Si, señor; en el quinto mandamiento está
prohibido también el duelo, porque el duelo participa de la malicia del suicidio y del homicidio, y está excomulgado todo el que voluntariamente toma en él parte, aun como simple espectador.
421.- ¿Y se prohíbe también el duelo cuando se excluye el peligro de muerte? - También se prohíbe este duelo,
porque no sólo no podemos matar, pero ni aún herir voluntariamente a nosotros mismos o a los demás.
413.- ¿Qué prohíbe el quinto mandamiento: no matarás? - El quinto mandamiento: No matarás, prohíbe dar
muerte, golpear, herir o hacer cualquier otro daño al prójimo en el cuerpo, ya por sí, ya por otros; como también agraviarle con palabras injuriosas o quererle mal. En este mandamiento prohíbe igualmente Dios, darse a sí mismo la muerte o el suicidio.
420.- ¿Está prohibido también el duelo en el quinto mandamiento? - Si, señor; en el quinto mandamiento está
prohibido también el duelo, porque el duelo participa de la malicia del suicidio y del homicidio, y está excomulgado todo el que voluntariamente toma en él parte, aun como simple espectador.
421.- ¿Y se prohíbe también el duelo cuando se excluye el peligro de muerte? - También se prohíbe este duelo,
porque no sólo no podemos matar, pero ni aún herir voluntariamente a nosotros mismos o a los demás.
S.S. Benedicto XVI
1 de agosto de 2009
...el deporte, practicado con pasión y atento sentido ético, especialmente por la juventud, se convierte en gimnasio de sana competición y perfeccionamiento físico, escuela de formación en los valores humanos y espirituales, medio privilegiado de crecimiento personal y de contacto con la sociedad.
S.S. Juan Pablo II
20 de diciembre de 1986
Vosotros sois el centro de la atención de esas personas que os admiran; comportaos de forma que dichas personas siempre puedan apreciar en vosotros las cualidades morales de un grupo comprometido de deportistas. Un equipo no sólo es fruto de condiciones y prestancia física; sino que es también el resultado de una rica serie de virtudes humanas, de las cuales sobre todo depende el éxito: el entendimiento, la colaboración y la capacidad de amistad y de diálogo; en una palabra, los valores espirituales, sin los cuales el equipo no existe y no es eficaz. Os exhorto a ser vigilantes a fin de que dichas virtudes, que os caracterizan y os valoran ante los deportistas, no sean descuidadas por vosotros. Con estas cualidades morales contribuid a restituir la verdadera razón de ser al mundo del deporte, hoy no raramente atormentado por fenómenos de una fea violencia o de una especulación deshonesta. Se tratará de demostrar a las enormes muchedumbres que siguen vuestro trabajo que cada deportista, antes de ser un individuo dotado de músculos fuertes y de rápidos reflejos, es ciertamente una persona humana, en grado de trascender cualquier reducido condicionamiento en virtud de su inteligencia, de su libertad y por tanto también capaz de demostrar con sus acciones lo que objetivamente está de acuerdo con la justicia, la verdad y el bien. Jamás, pues, entre vosotros vengan a menos la satisfacción de la fraternidad, el respeto recíproco, la generosidad y el perdón, si es necesario en la leal comprensión mutua. ¡Procurad que el hombre jamás sea sacrificado por el deportista! Exaltad siempre todo lo que es auténticamente bueno, mediante un leal testimonio de los valores exigidos por el auténtico deporte; y no temáis dar a conocer, con serenidad y equilibrio, al mundo de vuestros admiradores los principios morales y religiosos en los que se debe inspirar toda vuestra vida.
Balvaram escribió:¿ La Guardia suiza no esta adiestrada en el combate cuerpo a cuerpo?
angelicusST escribió:No, se les enseñan técnicas de defensa personal que es distinto.
jaimevelbon escribió:angelicusST escribió:No, se les enseñan técnicas de defensa personal que es distinto.
Eso no es verdad.
Es requisito para formar parte de este ejército, ser varón de nacionalidad suiza, católico y de familia católica, soltero, tener entre 18 y 30 años, medir por lo menos 1.74m de altura, y haber cumplido la instrucción básica en el Ejército suizo. Están entrenados en el uso de armamento moderno, la espada y la alabarda.
Son verdaderos soldados. Y prestan juramento los 6 de enero, fecha aniversario de la muerte de 147 guardias suizos, durante el saqueo de Roma en 1527.
angelicusST escribió:..... pero las peleas como deporte si lo son, por lo menos ha esa conclusión se ha llegado.
b) Los riesgos se consideran debidos a factores intrínsecos cuando el peligro es intrínseco a la naturaleza de la actividad o del deporte en cuestión. Por ejemplo, en el boxeo, el riesgo de golpear la cabeza del púgil es intrínseco, pues tales golpes están en la intención y en la técnica del mismo deporte: se intenta dejar al adversario en condiciones de no poder continuar combatiendo.
Este tipo de riesgos son siempre previsibles. Habrá que ver si son graves (o sea, que implican peligro para la vida, o daño notable para la salud) o leves.
Juicio moral: los riesgos intrínsecos graves que tienen una relación de causa-efecto con el deporte que los causa son ilícitos e inmorales. El deber que se impone es quitar la causa, es decir, eliminar la actividad. El motivo es que no es lícito exponerse a actividades innecesarias que comportan peligros graves ineliminables.
La mayoría de los moralistas considera como el ejemplo más notorio de este tipo de actividades ilícitas el boxeo, al menos el boxeo profesional. En la segunda mitad del siglo XX se conocen aproximadamente unas 400 muertes producidas sobre el ring. Sin llegar a tanto, es evidente que entre las consecuencias de este deporte se han de enumerar las lesiones cerebrales que implican un acortamiento de la vida y pérdida de lucidez en las facultades mentales (al punto que se habla de la encefalopatía crónica progresiva como la enfermedad de los boxeadores profesionales).
A esto hay que añadir que esta actividad (que no puede ser encuadrada propiamente bajo el concepto de deporte) despierta en quien la practica y en los espectadores la 'saevitia' (violencia en el sentido de crueldad), es decir, el complacerse en el sufrimiento físico del prójimo, lo cual 'es una especie de bestialidad, pues tal delectación no es humana sino bestial, proveniente o de la mala costumbre, o de la corrupción de la naturaleza como las demás afecciones bestiales' (Santo Tomás, II-II,159). El mismo vicio se extiende frecuentemente a los espectadores y hay que tener en cuenta que es reprobable todo cuanto fomenta el interés complacido y la fruición por los gestos de violencia.
A este tipo de actividad pueden equipararse otros 'deportes' que implican lucha con violencia y daño propio y del adversario. No entra, en cambio, en esta categoría (sino en la anterior) el llamado 'boxeo de palestra' (y todos aquellos modos de lucha se equiparan a él) que sólo es un ejercicio de músculos con tales garantías de seguridad que casi eliminan todo tipo de riesgos.
http://www.teologoresponde.com.ar/respuesta.asp?id=159
421.- ¿Y se prohíbe también el duelo cuando se excluye el peligro de muerte? - También se prohíbe este duelo,
porque no sólo no podemos matar, pero ni aún herir voluntariamente a nosotros mismos o a los demás.
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