por IvanEstoico » Dom Sep 06, 2015 3:57 pm
Querida hermana en Cristo.
No debes hacer un juicio partiendo de un caso particular, un sacerdote por supuesto que es alguien especial y cual no será, que independientemente de su santidad por el hecho de haber recibido el Sacramento del Orden tiene la bendición de invocar a Dios para que las especies del pan y del vino, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Creador y Señor Jesucristo en cada Misa. Ahora bien, francamente quisiéramos que todos ellos fuesen como tantos gigantes que han hermoseado a la Esposa de Cristo, pero ante la situación de algunos, la actitud que debemos asumir no debe ser sombría y pesimista, porque muchos en derredor del orbe son auténticos testigos del Evangelio. El Santo Padre constantemente nos pide que oremos por el, y lo mismo debemos hacer por todos los sacerdotes, pero que no quede solo en palabras, hagámoslo.
Que Dios te bendiga por intercesión de su Magnificencia.
El mismo Verbo Dios era,
que el principio se decía;
Él moraba en el principio,
y principio no tenía...