Estimado Amigo:
Al terminar este escrito me voy para asistir a la Eucaristía, hoy domingo. Pediré por ti como por todos los de Catholic. La paz sea con todos.
Espero que no me apliques lo que citas de San Pablo: Pues esta es la voluntad de Dios: que obrando bien, cerreis la boca a los ignorantes insensatos. (Sin humillar, sin insultar…amaos…que obrando bien…) .(Citas las hay para todos y ahí tienes las numerosas Iglesias…), pero ante Dios no soy el que tu pretendes que sea.
En mi primera intervención digo que además de la Encarnación real en Maria, todo hombre al renacer de nuevo por el bautismo, hace realidad lo que dice Pedro en su segunda carta: (1.4) “para que con ellas, (las gracias) participéis de la naturaleza divina”.
Esperaba que en este sentido se tomaran y daría lugar a unos diálogos para comentar lo expuesto.
Pero tú has tomado la iniciativa y a la primera me llamas gnostico puro y duro. ¡Ahí va! Y de ahí no sales. Y es más, trasladasteis, sin mi permiso este tema dividido a: “extravagancias, mitos y superticiones” para configurarme como enemigo de la fe. ¿Crees que esto es caridad?
Mi fe en esto, y espero que en todo, es tan limpia como la tuya. Pero, aquí termina nuestro diálogo, porque la sentencia inquisitorial ya es firme para quemarme en la hoguera.
Pero lo importante es que me voy a recibir esa como encarnación, real aunque sobrenatural (participéis en la naturaleza divina) de Cristo en mi alma por la Comunión. Cuyas especies sacramentales recibidas por mi cuerpo sotienen el Cuerpo de Cristo.
No voy a contestar más sobre este tema que has llevado demasiado lejos y ha traído tanta tristeza a mi alma.
Un saludo