francoeguren escribió:Estimado Eduardo
De acuerdo en todo lo que escribiste. Sin embargo, creo yo, no se debería descartar la posibilidad de preguntarse por todo lo que a este hipotético caso se refiere. Supongo que una consideración seria es útil también para, justamente, deshacerse de prejuicios contrarios a la voluntad del Espíritu Santo.
Lo que verdaderamente me gustaría saber ahora es ¿Cómo se citan los comentarios?
Saludos y que Dios te bendiga.
Estimado en Cristo farncoeguren:
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Sobre lo que comentas, pues ciertamente se pueden hacer esas consideraciones teóricas, pero más como mera curiosidad o ejercicio de aplicaciones teológicas que como una guía que asegure o minimize los prejuicios ante un caso real. Pues la realidad es tan compleja que es punto menos que imposible imaginar todos los casos posibles y resolverlos de manera teológicamente correcta. Por consiguiente, es mucho más probable que estas consideraciones teóricas NO resultasen directamente aplicables al caso práctico que nos pudieramos acabar encontrando, y entonces que más bien las similitudes nos orillasen a indebidamente identificar el caso real con el caso hipotético más similar que se hubiese considerado, de donde podría venir un error en detalles importantes que podrían fácilmente pasarse por alto, y, por consecuencia un juicio humano que serviría más como obstáculo que como ayuda a la Inspiración del Espíritu.
Algo importante que hay que aprender en la vida Espiritual (generalmente lo acaba uno aprendiendo "a las malas", no por nada dice la Escritura que "a pesar de que era el Hijo tuvo que aprender a obedecer padeciendo") es que normalmente Dios
NO DA su Gracia ANTES de que se necesite, sino que Él la Otroga
JUSTO CUANDO se necesita.
Por ejemplo, si tenemos un enfermo delicado que es una persona cercana, el tratarse de "preparar" para una posible muerte, en general se puede considerar más una auto-tentación que, lejos de ayudarnos o ayudar al enfermo, tan solo puede lograrnos quitar la paz e impedirnos actuar con caridad y lucidez según los requerimientos de la delicada situación . Ciertamente la posibilidad de muerte existe, eso es evidente, y ciertamente se deben dar los pasos que en su momento corresponda dadas las circunstancias (buscar la ayuda del médico, buscar la administración de los Sacramentos, orar por la persona, etc.). Pero justamente nada de eso realmente garantiza que la persona va a morir, al contrario, son los pasos que legítima y correctamente damos para tratar de evitarlo manifestando el debido aprecio y la consecuente defensa que la vida merece. Y, aunque está claro que todo eso puede "fallar" y la persona puede acabar muriendo, siendo también que muchos de los pasos que damos están igualmente orientados a cubrir lo importante alrededor de esa posibilidad (que la persona muera con los cuidados médicos que minimicen su sufrimiento, que este debidamente preparada en términos espirituales para entregar cuentas al Señor, etc.); el hecho es que nosotros no sabemos lo que finalmente ocurrirá y que nuestra obligación es defender la vida tanto cuanto sea verdaderamente posible (lo cual excluye el encarnizamiento terapéutico que es tratar de prolongar tratamientos médicos manifiestamente inútiles o excesivamente agresivos y que no tienen una garantía razonable de realmente contribuir a curar o siquiera estabilizar al enfermo, sino tan solo se puede esperar que sirvan para prolongar su agonía y/o incrementar su sufrimiento); por lo cual "preparase para la muerte" como una especie de "resignación anticipada", en general, insisto, es más producto del miedo de que las cosas no funcionen que de una consideración objetiva y sana de las cosas, y se constituye entonces en una auto-tentación que nos obstaculiza a dar los pasos correctos que tenemos que dar en la legítima defensa a la vida, llevándonos antes de tiempo al sufrimiento, a la negación y a una indebida (en este punto) "resignación" que nos puede llevar a cometer errores fatales.
En cambio, cuando ya se recibe un diagnóstico confiable de que se ha hecho lo que se podía y médicamente se espera la muerte en cualquier momento, aunque ciertamente es legítimo mantener una luz de Esperanza en la Acción del Señor, es también preciso poner auténticamente en manos de Dios las cosas comprendiendo que Dios puede resolver el problema de una manera más definitiva y trascendente de lo que nosotros podemos. Por consiguiente, es aplicable un cierto nivel de auténtica resignación respecto a los medios y estrategias humanos, pero no es ni siquiera entonces el momento de realmente "aceptar" la muerte de la persona.
No, realmente recibimos la Gracia para soportar y aceptar la muerte de nuestro ser querido PRECISAMENTE en el momento en que tenemos que afrontar ESA situación. Es decir, cuando nos llega la noticia del fallecimiento.
En un contexto algo distinto, pero fundado en las mismas razones, es que Jesús nos Enseña que:
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
San Mateo 10, 19-20
Donde claramente vemos una aplicación práctica de este principio general de que el Espíritu nos da la Gracia JUSTO cuando la necesitamos. Por tanto, Dios NO nos ayuda a "preparar" de antemano aquello que vamos a necesitar, por muy evidente que sea -como en este caso de que seamos entregados- que vamos a tener que hablar. Es muy claro que Jesús Enseña que NO hay que tratar de "preparar" las cosas, precisamente porque esa "preparación" NO contará con esa Asistencia del Espíritu, sino será meramente un discurso de nuestra sabiduría humana. Y es entonces muchísimo más probable que esa "preparación" de un discurso de nuestra propia sabiduría, a la hora de la verdad nos tiente a apegarnos al menos a las líneas generales de nuestras ideas, que a realmente estar ABIERTOS a las Inspiraciones que el Espíritu nos Otorgará
HASTA ESE momento. Es decir, es claro que nuestra "preparación" va a ser más un obstáculo que una ayuda para actuar como el Espíritu nos Inidique llegado el momento.
De la misma manera, en esto de un posible contacto con seres de otro mundo, si lo tomamos en serio como una "preparación" para estar "listos" para el caso, es muchísimo más probable que acabe siendo un obstáculo que una ayuda para auténticamente escuchar la Voz del Espíritu.
Ya dijimos que eso no impide hacer consideraciones teóricas de ciertos aspectos que SI nos pueden ayudar a entender mejor cómo aplican los principios teológicos que entonces habría que aplicar en nuestra vida ACTUAL. Por ejemplo, tal vez a alguien considerar que SI existen escenarios en donde podría ser aplicable administrar el Bautismo a un extraterrestre le ayude a entender que el Bautismo NO requiere tener al "candidato ideal"; de donde tal vez, por ejemplo, una persona logre entender que NO se debe negar el Bautismo al hijo de unos padres divorciados y vueltos a casar. Esta claro que ellos viven en una situación irregular pecaminosa, pero eso no hace culpable de nada al niño (sino, si acaso, la situación irregular de su concepción es una participación más en los efectos de ese pecado original que todos heredamos, lo cual, lejos de incapacitarle a recibir el Bautismo, lo hace más idóneo aún, pues precisamente el Bautismo sirve para borrar ese pecado). Sin embargo, algunas personas creen que "la falta de santidad" en la que fue concebido lo hace una especie de "hijo del pecado" "indigno" de recibir al Señor, o se piensa que los padres mismos son los que serían "indignos" de pedir a la Iglesia el Bautismo del niño dado el menosprecio que en su vida han demostrado a los Mandatos del Señor.
Puede ser entonces que, entender a través de la consideración de lo que pasaría con un extraterrestre que el Bautismo es Fruto de la Gracia de Dios que la Iglesia está abierta a entregar a todo el que realmente la necesite, le pudiese ayudar a alguna persona a superar esos prejuicios humanos y a entender que ese chiquito debe ser realmente bautizado.
Y asi como este podemos encontrar muchos ejemplos donde estas consideraciones teóricas podrían acabar resultando realmente útiles.
Que Dios te bendiga