Procedencia del Espíritu Santo

[Alberto_albarracin]

Así como la Palabra, el Amor de Dios es una hipóstasis divina, es decir, una persona trinitaria; si bien al contrario que la Palabra, no recibe su naturaleza del primer principio. En efecto, si recibiera su naturaleza del Padre, el Espíritu Santo sería también Hijo, lo cual es absurdo; sólo puede existir un Hijo.

Así como todo amor es posterior al pensamiento -no se puede amar sino lo que se conoce- el Amor divino paternofilial precede al Pensamiento divino, no cronológicamente (es configurador de la Trinidad, y, por lo tanto, eterno) sino en la eternidad; Amor que es paternofilial, entre el Padre y el Hijo; un Amor tan fuerte que produce el Espíritu Santo: no por creación, no por generación, sino por procesión, por procedencia.

Es por tanto el Espíritu Santo el engarce, la relación, entre el Padre y el Hijo; el Espíritu Santo engendra en María a Cristo, y así en nosotros engendra al Hijo, el Hijo obedece al Padre y el Padre honra al Hijo; de tal manera es así, que la labor de santificación es una obra de "trinitarización" del hombre, es su inclusión en la Trinidad, atraído tanto por el Padre como por el Hijo, es decir, por el Espíritu Santo.

[jaimevelbon]

Así como la Palabra, el Amor de Dios es una hipóstasis divina, es decir, una persona trinitaria;

No.

Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo son personas, y todas ellas son AMOR.

[miles_dei]

Es por tanto el Espíritu Santo el engarce, la relación, entre el Padre y el Hijo

No. La relación entre el Padre y el Hijo es la de generación (que constituye al Padre) y la de filiación (que constituye al Hijo) haciendo que el Hijo proceda del Padre al ser engendrado. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo por espiración pasiva, que es lo que lo constituye frente a las otras dos personas que lo espiran activamente.


En la Santísima Trinidad podemos distinguir cinco nociones, cuatro relaciones reales, tres personas, dos procesiones y un sólo Dios. Empieza por esos conceptos y estúdialos.

[Alberto_albarracin]

El amor se trata de un acto de voluntad, y esta voluntad procede de una persona. Cuando este amor es el amor paternofilial entre el Padre y el Hijo, entonces de este amor, de este abrazo, surge el Espíritu Santo; no por creación, no por generación, sino por procesión. No es correcto decir que Dios es un acto de voluntad o pensamiento, sino que el Hijo es el Pensamiento del Padre, o bien que el Espíritu Santo procede por el acto de amor paternofilial entre el Padre y el Hijo.

El pensamiento antecede al amor; así, el Hijo es la segunda persona de la Trinidad, y el Espíritu es la tercera, ahora bien, mientras que el Pensamiento es engendrado sólo por el Padre, el Amor procede del Padre y del Hijo, es un amor paternofilial.

Lo vemos en la tierra; el amor que se tienen un padre y un hijo procede de los dos; no de uno sólo; así, con todo, el espíritu de este amor es uno, así, el amor paternofilial divino, fructificando en la tercera persona trinitaria.