Para tratar de aclarar un poco, sin ser teológo, respecto esto:
por lo que pienso que si asi fuera que ya desde siempre nuestros nombres estan escritos en el libro de la vida entonces, que me importaria saber si esta escrito o no por que si esta escrito pues quiere decir que haga lo que haga voy a conseguir la salvación y si no esta escrito asi yo me porte bien y lleve un verdadero seguimiento de Jesucristo no me voy a salvar entonces puedo actuar como me de la gana.
Primero, la Iglesia nos enseña en el Concilio de Trento que nadie puede asegurar que se encuentre ya entre los elegidos:
CAP. XII. Debe evitarse la presunción de creer temerariamente su propia predestinación.
Ninguno tampoco, mientras se mantiene en esta vida mortal, debe estar tan presuntuosamente persuadido del profundo misterio de la predestinación divina, que crea por cierto es seguramente del número de los predestinados; como si fuese constante que el justificado, o no puede ya pecar, o deba prometerse, si pecare, el arrepentimiento seguro; pues sin especial revelación, no se puede sabe quiénes son los que Dios tiene escogidos para sí.
De esta forma, nadie puede decir si está salvo.
Entonces, debemos entender que tampoco es que por mi libre albedrío, Dios no conozca mi realidad eterna, pues entonces Dios no sería omnisciente.
Lo que sucede es que Dios, ya ha visto por decirlo así, cual será mi accionar en la vida, cual será mi cooperación o rechazo a la gracia que me mueve al bien, y cómo sabe de antemano qué haré yo, conoce quien está inscrito en el libro de la vida y quien no. Y en esto, Dios no atenta contra mi libertad, pues el mismo Concilio enseña:
CAN. XVII. Si alguno dijere, que no participan de la gracia de la justificación sino los predestinados a la vida eterna; y que todos los demás que son llamados, lo son en efecto, pero no reciben gracia, pues están predestinados al mal por el poder divino; sea excomulgado.
De esta forma, todos participamos de la gracia de Dios, porque su designio salvífico es para todos, pero él ya sabe quien va a aceptar ese ofrecimiento y quien no.
Saludos,