Moderadores: raulalonso, Catholic.net, mayra novelo, Moderadores Animadores
Crisóstomo, in Joanem, hom 55 et 56
Como por sus obras había hecho brillar la verdad de lo que acababa de decir, por eso el Evangelista añade: "Cuando esto hubo dicho, escupió en tierra e hizo lodo con la saliva y ungió con el lodo sobre los ojos del ciego". El que hizo de la nada sustancias mayores, pudo con más razón hacer ojos sin materia alguna, pero quiso enseñarnos que El era el mismo Creador, que al principio se sirviera de lodo para formar al hombre. Por eso no se sirve de agua para hacer el lodo, sino de saliva, para que no atribuyéramos nada a la virtud de la fuente y entendiésemos que por la virtud de su boca hizo y abrió los ojos. Por último, a fin de que la curación no se atribuyese a virtud de la tierra de que se había servido, le mandó que fuese a lavarse. "Y le dijo: ve, lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir Enviado)", para que sepas que yo no necesito de lodo para dar vista. Y como Cristo era el que comunicaba a la piscina de Siloé toda su virtud, el Evangelista nos da en seguida la interpretación de este nombre cuando añade "que significa Enviado", para enseñarnos que el que sana en ella es Cristo; porque así como el Apóstol nos dice que la piedra era Cristo ( 1Cor 10,4), así Siloé era una corriente de agua súbita espiritual, significando a Cristo, que se manifiesta contra toda esperanza. Pero, ¿por qué no lo hace lavarse al punto, sino que lo envía a Siloé? Para cerrar la boca a las imprudentes agresiones de los judíos. Convenía que todos lo vieran ir con el lodo sobre los ojos. Era conveniente también para manifestar que El no desconocía la Ley y el Antiguo Testamento. No era de temer que se atribuyese a Siloé la gloria de esta curación, porque muchos se habían lavado allí los ojos sin haber alcanzado tan gran beneficio. También para que aprendas a tener la fe del ciego, que no contradice lo más mínimo el mandato del Salvador, ni dijo en su interior: el lodo más bien produce la ceguera. Muchas veces me lavé en Siloé y jamás he sido curado; si alguna virtud tuviese, ya estaría yo sano; sino que obedeció al punto: "Se fue, pues, y se lavó y volvió con vista". De este modo manifestó su gloria, porque no es pequeña gloria el ser tenido por el autor de la creación, porque la fe que se tiene de las obras mayores sirve para tenerla de las menores. Entre todas las obras de la creación, la más noble es el hombre. Y entre todos los miembros que tenemos, el más noble es el ojo, porque es el que rige al cuerpo y adorna el rostro, y lo que es el sol en la tierra es el ojo en el cuerpo; por eso su lugar es el más elevado, colocado como en sitio real.
Teófilacto
Algunos opinan que este lodo no se cayó, sino que se convirtió en ojos.
Beda
En sentido místico significa el Señor, que expulsado del corazón de los judíos, pasó al punto al de los gentiles. Este paso o camino que ha recorrido es su descendimiento del cielo a la tierra. El vio al ciego en el momento en que lleno de compasión fijó su mirada sobre el género humano.
San Agustín, ut supra
El género humano está representado en este ciego, y esta ceguedad viene por el pecado al primer hombre, de quien todos descendemos. Es, pues, un ciego de nacimiento. El Señor escupió en la tierra y con la saliva hizo lodo, "porque el Verbo se hizo carne" ( Jn 1,14). Untó los ojos del ciego de nacimiento. Tenía puesto el lodo y aun no veía, porque cuando lo untó, quizá le hizo catecúmeno. Le envió a la Piscina que se llama Siloé, porque fue bautizado en Cristo, y fue entonces cuando lo iluminó. Tocaba al Evangelista el darnos a conocer el nombre de esta Piscina, y por eso dice: "Que quiere decir Enviado", porque si Aquél no hubiera sido enviado, ninguno de nosotros habría sido absuelto del pecado.
San Gregorio, Moralium 8, 21
La saliva significa el sabor de la contemplación íntima, la cual baja desde la cabeza a la boca, porque desde la altura de la gloria es de donde viene Dios a nosotros por las dulzuras de la revelación, mientras estamos en esta vida. El Señor mezcló su saliva con la tierra y devolvió así la vista al ciego de nacimiento; porque mezclando la contemplación de su verdad con nuestro pensamiento es como la gracia sobrenatural irradia en nosotros. Y sanando al hombre de su natural ceguera, ilumina su inteligencia.
Volver a Controversias teológicas - San Agustín de Hipona
Usuarios registrados: Google [Bot]