Duda con pasaje del Génesis

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Duda con pasaje del Génesis

Notapor pantocrator » Lun Oct 08, 2012 11:24 pm

Tengo una duda con este contradictorio pasaje de la Biblia:

Génesis 32: 23-33

23 Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc. 24 Después que los hizo cruzar el torrente, pasó también todas sus posesiones.
25 Entonces se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. 26 Al ver que no podía dominar a Jacob, lo golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras luchaban. 27 Luego dijo: “Déjame partir, porque ya está amaneciendo”. Pero Jacob replicó: “No te soltaré si antes no me bendices”. 28 El otro le preguntó: “¿Cómo te llamas?”, “Jacob”, respondió. 29 Él añadió: “En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”. 30 Jacob le rogó: “Por favor, dime tu nombre”. Pero él respondió: “¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?”. Y allí mismo lo bendijo.
31 Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo: “He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida”. 32 Mientras atravesaba Peniel, el sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo. 33 Por eso los israelitas no comen hasta el presente el nervio ciático que está en la articulación del fémur, porque Jacob fue tocado en la articulación del fémur, en el nervio ciático.


¿Fue una lucha de Jacob contra sí mismo? ¿Contra sus propios miedos e inseguridad antes de enfrentar a Esaú?
¿Yahvé le aplicó una especie de corrección por su falta de e(Oseas 12:3)? ¿O es una profecía de la lucha que iba a llevar a cabo los descendientes de Israel contra el paganismo ? ( "El" originalmente era un dios cananeo, asi que "porque has luchado con Dios" tal vez no se refería a Yahvé, sino que era una profecía de su lucha contra "El", del cual el pueblo de Dios iba a salir victorioso).
Agradeceré si escriben , o me comparten un link, con aguna enseñanza o exégesis con respecto a este pasaje.
Gracias por todo! Dios los benda :)
5 ὅτι Ἰωάννης μὲνἐβάπτισεν ὕδατι, ὑμεῖς δὲ ἐν πνεύματι βαπτισθήσεσθε ἁγίῳ οὐ μετὰ πολλὰςταύτας ἡμέρας.

5... pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.

Hechos 1:5
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor tito » Mar Oct 09, 2012 12:15 am

“El autor utiliza una vieja historia para explicar el nombre de Penuel y dar un origen al nombre de Israel. Al mismo tiempo, la carga de un sentido religioso: el patriarca se agarra a Dios, le fuerza la mano para obtener una bendición que obligará a Dios para con los que de él tomarán el nombre de Israel."
R. De Vaux, Genése (“Bible de Jérusalem”) 150.


Este extraño relato explica el origen del nombre "Israel", cuyo significado real parece ser "que Dios prevalezca", pero que aquí se pone en relación con la fortaleza de Jacob en su lucha cuerpo a cuerpo con Dios. El autor "yahvista" ha construido su relato sobre la base de un antiguo cuento popular y, al aplicarlo al antepasado de Israel, le da un contenido nuevo: Jacob es puesto a prueba, pero lucha con Dios hasta arrancarle una bendición (v. 27). Esa bendición es el cambio de nombre (vs. 28-29) y, gracias a ella, Dios tendrá que conceder su favor a todos los que en adelante lleven el nombre de "Israel".
El libro del pueblo de Dios.


Jacob vuelve a Canaán. Los versículos 2s preparan el episodio de la lucha de Jacob con un ángel de Dios que, en definitiva, resulta ser Dios mismo (25-31), y el cambio de su nombre por el de Israel (. El viaje de Jacob y la estrategia que utiliza para instalarse de nuevo en tierra de Canaán preparan el encuentro con su hermano Esaú (4-25).
Una vez más, el redactor resalta la astucia de Jacob, anticipada ya desde su nacimiento y a la que debe su nombre; mas ha llegado el momento de cambiar su nombre por otro que le definirá para siempre. A su astucia se añadirá ahora la capacidad de luchar hasta la victoria, definida como lucha con dioses y con hombres (29).
Todo el pasaje revela una total sintonía con la voluntad y el querer de Dios, así como una gran obediencia a esa voluntad divina que inspira en Jacob, más que miedo por Esaú, una cierta necesidad interior de buscar la reconciliación y el perdón del hermano engañado y despojado de sus derechos de primogenitura (25,29-34) y de la bendición (27,1-29). Esa bendición, aunque ya se ha visto de un modo tangible en la prosperidad material y en la numerosa descendencia -ya son doce los hijos-, no está completa, ni se completará de modo definitivo hasta que no haya reconciliación y paz con su hermano y vecino Esaú. Los versículos 10-13 son una de las más hermosas oraciones de la piedad israelita.

Biblia de Nuestro Pueblo.
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor eduarod » Mar Oct 09, 2012 11:36 pm

Estimado en Cristo pantocrator:

Este es un pasaje realmente difícil de interpretar, pero, Bendito sea Dios, tenemos quién nos lo explique.
Como podremos ver leyendo esta catequesis del Papa Benedicto XVI, el sentido profundo de este pasaje es sumamento complejo, pero a la vez inmensamente enriquecedor; y, como él mismo lo dice, aunque la exégesis puede encontrar variadas explicaciones históricas, la manera en la que estas fuentes han sido integradas por el autor sagrado bajo la Inspriación de Dios, adquieren un significado distinto y se abren a dimensiones más amplias de las que la exégesis bíblica simple alcanza a percibir.

No comento más, porque es mucho mejor leer completa esta Enseñanza del Santo Padre:
El hombre en oración
Lucha nocturna y encuentro con Dios (Gn 32, 23-33)


Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quiero reflexionar con vosotros sobre un texto del Libro del Génesis que narra un episodio bastante particular de la historia del patriarca Jacob. Es un fragmento de difícil interpretación, pero importante en nuestra vida de fe y de oración; se trata del relato de la lucha con Dios en el vado de Yaboc, del que hemos escuchado un pasaje.

Como recordaréis, Jacob le había quitado a su gemelo Esaú la primogenitura a cambio de un plato de lentejas y después le había arrebatado con engaño la bendición de su padre Isaac, ya muy anciano, aprovechándose de su ceguera. Tras huir de la ira de Esaú, se había refugiado en casa de un pariente, Labán; se había casado, se había enriquecido y ahora volvía a su tierra natal, dispuesto a afrontar a su hermano después de haber tomado algunas medidas prudentes. Pero cuando todo está preparado para este encuentro, después de haber hecho que los que estaban con él atravesaran el vado del torrente que delimitaba el territorio de Esaú, Jacob se queda solo y es agredido improvisamente por un desconocido con el que lucha durante toda la noche. Este combate cuerpo a cuerpo —que encontramos en el capítulo 32 del Libro del Génesis— se convierte para él en una singular experiencia de Dios.

La noche es el tiempo favorable para actuar a escondidas, por tanto, para Jacob es el tiempo mejor para entrar en el territorio de su hermano sin ser visto y quizás con el plan de tomar por sorpresa a Esaú. Sin embargo, es él quien se ve sorprendido por un ataque imprevisto, para el que no estaba preparado. Había usado su astucia para tratar de evitar una situación peligrosa, pensaba tenerlo todo controlado y, en cambio, ahora tiene que afrontar una lucha misteriosa que lo sorprende en soledad y sin darle la oportunidad de organizar una defensa adecuada. Inerme, en la noche, el patriarca Jacob lucha con alguien. El texto no especifica la identidad del agresor; usa un término hebreo que indica «un hombre» de manera genérica, «uno, alguien»; se trata, por tanto, de una definición vaga, indeterminada, que a propósito mantiene al asaltante en el misterio. Reina la oscuridad, Jacob no consigue distinguir claramente a su adversario; y también para el lector, para nosotros, permanece en el misterio; alguien se enfrenta al patriarca, y este es el único dato seguro que nos proporciona el narrador. Sólo al final, cuando la lucha ya haya terminado y ese «alguien» haya desaparecido, sólo entonces Jacob lo nombrará y podrá decir que ha luchado contra Dios.

El episodio tiene lugar, por tanto, en la oscuridad y es difícil percibir no sólo la identidad del asaltante de Jacob, sino también cómo se desarrolla la lucha. Leyendo el texto, resulta difícil establecer cuál de los dos contrincantes logra vencer; los verbos se usan a menudo sin sujeto explícito, y las acciones se suceden casi de forma contradictoria, así que cuando parece que uno de los dos va a prevalecer, la acción sucesiva desmiente enseguida esto y presenta al otro como vencedor. De hecho, al inicio Jacob parece ser el más fuerte, y el adversario —dice el texto— «no lograba vencerlo» (v. 26); con todo, golpea a Jacob en la articulación del muslo, provocándole una luxación. Se debería pensar entonces que Jacob va a sucumbir; sin embargo, es el otro el que le pide que lo deje ir; pero el patriarca se niega, poniendo una condición: «No te soltaré hasta que me bendigas» (v. 27). Aquel que con engaño le había quitado a su hermano la bendición del primogénito, ahora la pretende del desconocido, de quien quizás comienza a vislumbrar las connotaciones divinas, pero sin poderlo aún reconocer verdaderamente.

El rival, que parece detenido y por tanto vencido por Jacob, en lugar de acoger la petición del patriarca, le pregunta su nombre: «¿Cómo te llamas?». El patriarca le responde: «Jacob» (v. 28). Aquí la lucha da un viraje importante. Conocer el nombre de alguien implica una especie de poder sobre la persona, porque en la mentalidad bíblica el nombre contiene la realidad más profunda del individuo, desvela su secreto y su destino. Conocer el nombre de alguien quiere decir conocer la verdad del otro y esto permite poderlo dominar. Por tanto, cuando, a petición del desconocido, Jacob revela su nombre, se está poniendo en las manos de su adversario, es una forma de rendición, de entrega total de sí mismo al otro.

Pero, paradójicamente, en este gesto de rendición también Jacob resulta vencedor, porque recibe un nombre nuevo, junto al reconocimiento de victoria por parte de su adversario, que le dice: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido» (v. 29). «Jacob» era un nombre que aludía al origen problemático del patriarca; de hecho, en hebreo recuerda el término «talón», y remite al lector al momento del nacimiento de Jacob cuando, al salir del seno materno, agarraba con la mano el talón de su hermano gemelo (cf. Gn 25, 26), casi presagiando la supremacía que alcanzaría en perjuicio de su hermano en la edad adulta, pero el nombre de Jacob remite también al verbo «engañar, suplantar». Pues bien, ahora, en la lucha, el patriarca revela a su adversario, en un gesto de entrega y rendición, su propia realidad de engañador, de suplantador; pero el otro, que es Dios, transforma esta realidad negativa en positiva: Jacob el engañador se convierte en Israel, se le da un nombre nuevo que implica una nueva identidad. Pero también aquí el relato mantiene su voluntaria duplicidad, porque el significado más probable del nombre Israel es «Dios es fuerte, Dios vence».

Así pues, Jacob ha prevalecido, ha vencido —es el propio adversario quien lo afirma—, pero su nueva identidad, recibida del contrincante mismo, afirma y testimonia la victoria de Dios. Y cuando Jacob pregunta a su vez el nombre a su adversario, este no quiere decírselo, pero se le revelará en un gesto inequívoco, dándole la bendición. Aquella bendición que el patriarca le había pedido al principio de la lucha se le concede ahora. Y no es la bendición obtenida con engaño, sino la gratuitamente concedida por Dios, que Jacob puede recibir porque estando solo, sin protección, sin astucias ni engaños, se entrega inerme, acepta la rendición y confiesa la verdad sobre sí mismo. Por eso, al final de la lucha, recibida la bendición, el patriarca puede finalmente reconocer al otro, al Dios de la bendición: «He visto a Dios cara a cara —dijo—, y he quedado vivo» (v. 31); y ahora puede atravesar el vado, llevando un nombre nuevo pero «vencido» por Dios y marcado para siempre, cojeando por la herida recibida.

Las explicaciones que la exégesis bíblica puede dar respecto a este fragmento son muchas; en particular los estudiosos reconocen en él finalidades y componentes literarios de varios tipos, así como referencias a algún relato popular. Pero cuando estos elementos son asumidos por los autores sagrados y englobados en el relato bíblico, cambian de significado y el texto se abre a dimensiones más amplias. El episodio de la lucha en el Yaboc se muestra al creyente como texto paradigmático en el que el pueblo de Israel habla de su propio origen y delinea los rasgos de una relación particular entre Dios y el hombre. Por esto, como afirma también el Catecismo de la Iglesia católica, «la tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia» (n. 2573). El texto bíblico nos habla de la larga noche de la búsqueda de Dios, de la lucha por conocer su nombre y ver su rostro; es la noche de la oración que con tenacidad y perseverancia pide a Dios la bendición y un nombre nuevo, una nueva realidad, fruto de conversión y de perdón.

La noche de Jacob en el vado de Yaboc se convierte así, para el creyente, en un punto de referencia para entender la relación con Dios que en la oración encuentra su máxima expresión. La oración requiere confianza, cercanía, casi en un cuerpo a cuerpo simbólico no con un Dios enemigo, adversario, sino con un Señor que bendice y que permanece siempre misterioso, que parece inalcanzable. Por esto el autor sagrado utiliza el símbolo de la lucha, que implica fuerza de ánimo, perseverancia, tenacidad para alcanzar lo que se desea. Y si el objeto del deseo es la relación con Dios, su bendición y su amor, entonces la lucha no puede menos de culminar en la entrega de sí mismos a Dios, en el reconocimiento de la propia debilidad, que vence precisamente cuando se abandona en las manos misericordiosas de Dios.

Queridos hermanos y hermanas, toda nuestra vida es como esta larga noche de lucha y de oración, que se ha de vivir con el deseo y la petición de una bendición a Dios que no puede ser arrancada o conseguida sólo con nuestras fuerzas, sino que se debe recibir de él con humildad, como don gratuito que permite, finalmente, reconocer el rostro del Señor. Y cuando esto sucede, toda nuestra realidad cambia, recibimos un nombre nuevo y la bendición de Dios. Más aún: Jacob, que recibe un nombre nuevo, se convierte en Israel y da también un nombre nuevo al lugar donde ha luchado con Dios y le ha rezado; le da el nombre de Penuel, que significa «Rostro de Dios». Con este nombre reconoce que ese lugar está lleno de la presencia del Señor, santifica esa tierra dándole la impronta de aquel misterioso encuentro con Dios. Quien se deja bendecir por Dios, quien se abandona a él, quien se deja transformar por él, hace bendito el mundo. Que el Señor nos ayude a combatir la buena batalla de la fe (cf. 1 Tm 6, 12; 2 Tm 4, 7) y a pedir, en nuestra oración, su bendición, para que nos renueve a la espera de ver su rostro. ¡Gracias!
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 25 de mayo de 2011


Que Dios te bendiga
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor tito » Mié Oct 10, 2012 12:05 am

Se agradece este texto y es lo que se espera en este foro: lo que nos dice el Magisterio y tambien autores Católicos expertos en Sagrada Escritura.
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor freeesy » Lun Oct 15, 2012 6:30 pm

¿Por que cada vez q se casaban legítimamente estas personas no podían tener hijos siempre eran hijos de las sirvientas? una pequeña dudita que tengo.
Última edición por tito el Lun Oct 15, 2012 7:30 pm, editado 1 vez en total
Razón: Por favor escriba correctamente esta en un foro no en un celular.
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor tito » Lun Oct 15, 2012 7:37 pm

Según las costumbres de la época, una mujer estéril podía dar una sirvienta a su esposo y reconocer como propios a los hijos nacidos de esa unión. Lo mismo que hace Sara lo harán más tarde Raquel (30. 1-6) y Lía (30. 9-13), las esposas de Jacob.
Se observa en este episodio la permisión de la poligamia por parte de Dios, como dispensación especial de la ley del matrimonio que Cristo restituiría posteriormente. Mat 19, 4-9.
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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor tito » Lun Oct 15, 2012 7:42 pm

Sara, sin esperanza de concebir, le propone relaciones con su esclava egipcia Agar. Dios le había prometido a Abraham un hijo de sus entrañas, sin concretar que naciera de su esposa Sara. Como ésta seguía estéril, un medio de conseguir la promesa era tener hijos de la esclava, los cuales serían considerados como herederos del patriarca.
En este relato vemos una clara influencia de la legislación babilonia en materia matrimonial (es un indicio del origen caldeo de Abraham).
En efecto, en el Código de Hammurabi se tiende a ennoblecer la condición de la mujer en el matrimonio y mantener para ello la monogamia. Sin embargo, mirando al natural deseo del marido de tener descendencia, concede a éste el derecho de repudiar a la esposa estéril o el de tomar una concubina que le dé la deseada prole.
Pero la esposa puede evitar esta situación dando al marido una esclava que, sin dejar de serlo, le dé hijos.
Oigamos al viejo legislador: “Si un hombre toma una mujer y ésta le entrega una esclava que le da hijos; si este hombre quiere tomar una concubina, no le será permitido.” Aquí se mira a velar por la dignidad del ama.
Igual el artículo que sigue: “Si un hombre toma una mujer que no le da hijos, y él tratara de tomar concubina, podrá tomar la concubina e introducirla en su casa, pero no hará esa concubina igual a su esposa.”
Según estos artículos, la esposa debe ocupar en la casa el primer puesto. Si tuviera la desgracia de ser estéril, tendrá que soportar una concubina, o mujer de segundo orden, para dar al marido la natural satisfacción de tener descendencia. Pero si la esposa atendiera a este deseo, dando al marido una esclava suya, y ésta le da hijos, entonces no podrá el marido introducir en la casa una concubina.
Es el caso de Sara: pretende tener hijos de su esclava por un acto de especial adopción o considerarse con pleno derecho sobre los hijos de la esclava.
Pero la misma ley prevé el caso de que la sierva, al sentirse madre, comience a despreciar a la señora estéril, y concede a ésta el derecho de imponerle su autoridad, pero excluyendo el de venderla.
“Si un hombre toma una mujer y ésta da a su marido una esclava que le engendra hijos, pero luego se levanta por rival de su señora, ésta no podrá venderla, pero sí marcarla y contarla como una de sus esclavas.” Es también el caso de Sara y Agar, pues ésta fue arrojada al desierto por su insolencia y altanería. Abraham respeta en todo los derechos de su esposa, sin propasarse a defender a la esclava que iba a hacerle padre.
Como en casos análogos, la Sagrada Escritura nos hace sentir los inconvenientes de la poligamia. Biblia comentad por los profesores de Salamanca
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que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! Isaías 5,20


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Re: Duda con pasaje del Génesis

Notapor freeesy » Mar Oct 16, 2012 7:49 am

muchas gracias por su comentrario m sirvio d mucho :P :P
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