¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

La Iglesia desde siempre ha enseñado la fe a base de preguntas y respuestas. En este foro se pueden hacer preguntas bien concretas y darse respuestas claras y precisas. De manera que todos tengan al alcance, de modo sintético y concreto, los contenidos más básicos de la fe

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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor miles_dei » Jue Jun 09, 2011 5:11 pm

todos estamos obligados a confiar nuestra alma a un sacerdote mediante la frecuente confesión


Yo en la confesión sacramental le confío mi alma a Cristo no al sacerdote.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor miles_dei » Jue Jun 09, 2011 5:18 pm

Quien tiene muchos conocimientos pero alguna deficiencia espiritual dudará más que alguien con una buena formación espiritual


Dudar no tiene que ver nada con la formación ni con el conocimiento, sino que es un estado mental del que se sale por un acto de voluntad y como tal acto, está primado por la gracia. La gracia siempre lleva a salir del estado de duda, que es impropio del hombre. El estado de duda es un estado mental (primera acepción de la RAE), no un acto de voluntad (Segunda acepción de la RAE). Si el dudar es fruto de un acto de voluntad entonces estamos ante un caso patológico y alterado del orden normal del conocimiento pues la voluntad siempre tiende a salir del estado de duda. Además se puede mostrar con ello un obrar inmoral anterior al cual se ata ese acto de voluntad.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Tadeo » Jue Jun 09, 2011 5:29 pm

miles_dei escribió:
Quien tiene muchos conocimientos pero alguna deficiencia espiritual dudará más que alguien con una buena formación espiritual


Dudar no tiene que ver nada con la formación ni con el conocimiento, sino que es un estado mental del que se sale por un acto de voluntad y como tal acto, está primado por la gracia. La gracia siempre lleva a salir del estado de duda, que es impropio del hombre. El estado de duda es un estado mental (primera acepción de la RAE), no un acto de voluntad (Segunda acepción de la RAE). Si el dudar es fruto de un acto de voluntad entonces estamos ante un caso patológico y alterado del orden normal del conocimiento pues la voluntad siempre tiende a salir del estado de duda. Además se puede mostrar con ello un obrar inmoral anterior al cual se ata ese acto de voluntad.



En todo caso para eso estan los pastores, para ayudarnos con nuestras dudas, tal y como aconsejaba tan acertada y obviamente Luis Fernando. Me alegro que las dudas no turben tu ánimo y te conserven sereno para el servicio a Dios y a su Iglesia.


Que Dios te bendiga.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor miles_dei » Jue Jun 09, 2011 5:47 pm

Nadie puede tener dudas legítimamente. La única ayuda que un pastor o cualquier otro cristiano puede dar al que duda es aconsejarle que se confiese y que deje de dudar. Hay un texto en la carta a los romanos donde se muestra claramente esta realidad espiritual a raiz de las dudas sobre los alimentos impuros.

El que no sale de dudas, si come, se condena, porque ya no procede según conciencia, y todo lo que no es según conciencia es pecado (Rom 14,23)

En el texto de la Vulgata, suena mucho más claro al contraponer la duda o el "discernire si" a lo que viene "ex fide" o sea: de la convicción íntima de lo que debe hacerse o creer en cada momento.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Tadeo » Jue Jun 09, 2011 6:26 pm

miles_dei escribió:Nadie puede tener dudas legítimamente. La única ayuda que un pastor o cualquier otro cristiano puede dar al que duda es aconsejarle que se confiese y que deje de dudar. Hay un texto en la carta a los romanos donde se muestra claramente esta realidad espiritual a raiz de las dudas sobre los alimentos impuros.

El que no sale de dudas, si come, se condena, porque ya no procede según conciencia, y todo lo que no es según conciencia es pecado (Rom 14,23)

En el texto de la Vulgata, suena mucho más claro al contraponer la duda o el "discernire si" a lo que viene "ex fide" o sea: de la convicción íntima de lo que debe hacerse o creer en cada momento.


Obviamente esto no tiene nada que ver con el tema de referencia, cual es el ayudarte a resolver tu duda sobre la recomendación de Luis Fernando de consultar con un sacerdote. Sería de mucha ayuda que compartieses con todos nosotros qué ves de incorrecto en consultar con un sacerdote cualquier duda que nos surga sobre el Magisterio de la Iglesia.

Por cierto, la cita de Romanos está fuera de contexto. Por favor, revisa las intervenciones del hilo para retomarlo correctamente.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Tadeo » Jue Jun 09, 2011 6:33 pm

Pongamos que un católico no entiende el dogma de la Santísima Trinidad. "Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado y no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho....". Ya sólo este párrafo del Credo fue objeto de intensos debates dentro de la Iglesia Católica y esta propia definición enfretó a eminentes personalidades de la Iglesia.

¿ Es a ese católico legítimo no entender este dogma? Yo pienso que muchos católicos no terminan de comprender el concepto y es más que recomendable que busquen la asistencia de un pastor para que les ayude a superar esa dificultad. Tú pareces no entender la recomendación de Luis Fernando y yo te sugiero que releas las intervenciones de eduarod y felipe porque te dan una respuesta a mi juicio suficiente.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor miles_dei » Vie Jun 10, 2011 2:19 am

Los dogmas no están para entenderlos. Es imposible. Están para creer en ellos porque son verdades propuestas para ser creídas, no razonamientos expuestos para ser asumidos.

    Dios es uno y trino. Dios son tres personas santísimas y un sólo Dios. Se cree en ello y no se comprende o entiende. La exposición teológica no es para comprenderlo como si fuera un razonamiento sino para mostrar como tal verdad se encuentra en la revelación y como se ha creído siempre en la Iglesia y como no es algo que sea propio de irracionales (como lo sería creer en un círculo cuadrado) Luego se puede ver su conexión con otros dogmas de modo que no caigamos en error. Es a esta profundización en lo que implica el misterio lo que se llama comprensión del dogma que no es comprender el misterio o dogma.

Además no es nuestra inteligencia por sí misma la que profundiza en la comprensión teológica, sino la misma iluminada por el Espíritu Santo con sus dones. De lo contrario es imposible realizar la correcta analogía de la fe y de los misterios entre sí.

Si alguien admite dudas voluntariamente sobre un dogma de fe, está pecando mortalmente contra la fe. Así lo enseñaba el catecismo de San Pio X:

864. ¿Qué es Fe? - Fe es una virtud sobrenatural, infundida por Dios en nuestra alma, y por la cual, apoyados en ?a autoridad del mismo Dios, creemos ser verdad cuanto Él ha revelado y por medio de la Iglesia nos propone para creerlo.

865. ¿Por dónde sabemos las verdades que Dios ha revelado? - Sabemos las verdades que Dios ha revelado por medio de la santa Iglesia, que es infalible: esto es, por medio del Papa, sucesor de San Pedro, y por medio de los Obispos, sucesores de los Apóstoles, los cuales fueron, enseñados por .el mimo Jesucristo.

866. ¿Estamos seguros de las cosas que la santa Iglesia nos enseña? - Estamos segurísimos de las cosas que la santa Iglesia nos enseña, porque Jesucristo ha empeñado su palabra de que la Iglesia no será engañada jamás.

867. ¿Por qué pecados se pierde la Fe? - Piérdese la Fe con la negación o duda voluntaria de los artículos que se nos proponen para creer, aunque sea de uno solo.

868. ¿Cómo se recobra la Fe perdida? - La Fe perdida se recobra con el arrepentimiento del pecado cometido y creyendo de nueva todo lo que cree la santa Iglesia.


Y así lo enseña el catecismo hoy día:

156 El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural. Creemos "a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engañarse ni engañarnos". "Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razón, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espíritu Santo vayan acompañados de las pruebas exteriores de su revelación" (ibid., DS 3009). Los milagros de Cristo y de los santos (cf. Mc 16,20; Hch 2,4), las profecías, la propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad "son signos ciertos de la revelación, adaptados a la inteligencia de todos", "motivos de credibilidad que muestran que el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu" (Cc. Vaticano I: DS 3008-10).

157 La fe es cierta, más cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir. Ciertamente las verdades reveladas pueden parecer oscuras a la razón y a la experiencia humanas, pero "la certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón natural" (S. Tomás de Aquino, s.th. 2-2, 171,5, obj.3). "Diez mil dificultades no hacen una sola duda" (J.H. Newman, apol.).



Aparte y como detalle ya que insistes tanto en la figura del "pastor", los católicos no gustamos de usar de la palabra pastor al modo protestante. No existe "un pastor" al que consultar, sino un párroco (forma habitual de la cura o pastoreo de almas al que familiarmente se le ha llamado de siempre "el cura"), un capellán, un prelado, un director -según casos-, etc. Cuando hablamos en plural de los pastores de la Iglesia es una referencia al magisterio que sólo tienen los obispos en comunión con el Papa.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor VictorSL » Vie Jun 10, 2011 10:13 am

Excelente explicación, Miles_dei; a mi me ayudo mucho, afianzando mi Fe acerca de los Dogmas.
Dios te colme de bendiciones.
"el sufrimiento engendra paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo que nos ha sido dado".(Rom 5:3b-5)
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Tadeo » Vie Jun 10, 2011 11:25 am

VictorSL escribió:Excelente explicación, Miles_dei; a mi me ayudo mucho, afianzando mi Fe acerca de los Dogmas.
Dios te colme de bendiciones.



A mi también me ha ayudado. Muchas gracias, miles_dei, por la explicación, y que recibas muchas bendiciones allá donde vayas.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor mar azul » Vie Jun 10, 2011 12:41 pm

A ver.....aca hay una interpretacion incorrecta a mi modo de ver las cosas . Nadie esta diciendo que no sea correcto consultar con un sacerdote , pero tampoco con un laico , SIEMPRE y cuando AMBOS esten en ESTADO DE GRACIA .
Esta es la cuestion .
Y como sabemos puede perderse este estado en ambos casos y tampoco corresponde empezar a hablar de cuales son las causas y todo ese rollo .

Mas arriba puse cual es la definicion de estado de gracia y esta muy claro .
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor raulalonso » Vie Jun 10, 2011 3:26 pm

Favor de mantenerse en el tema.

Los off tópics serán borrados
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Orsonb » Sab Jun 11, 2011 10:52 am

Motivos para preguntar a un sacerdote:
1. Mayores y mejores conocimientos en la cuestión teológica (o al menos, debería tenerlos).
2. Mayor y mejor experiencia al plantear esos conocimientos para el caso práctico. Con el debido respeto, en foros se lee con frecuencia a usuarios doctrinalmente correctos, pero con la cabeza demasiado caliente como para hablar con un poco de paciencia y caridad. O dicho de otro modo, incapaces de usar cierta reserva evangélica en casos en que es estrictamente necesario.
3. Potestad sacramental por el Sacramento del Orden, lo cual implica una gracia especial para dirigir conciencias.
4. Potestad sacramental que le permite absolver pecados eventualmente cometidos.
5. Potestad ejecutiva relativa por la cual puede dispensar ciertas normas eclesiásticas en casos concretos y secretos.

Aparte de lo anterior, no pocas veces se huele en algunos que preguntan en foros cierta tendencia al escrúpulo (que es una grave enfermedad espiritual). Consultando con un sacerdote experimentado, éste puede darse cuenta de esto y ofrecer los remedios a esta enfermedad. Remedios que sin contacto directo, nadie podría ofrecer responsablemente. Y remedios que muchas veces implicarán algunas normas para confesarse y el recurso a un único confesor. Todo lo cual hace especialmente idóneo a un sacerdote.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor mar azul » Sab Jun 11, 2011 7:43 pm

La clave de todo este tema esta en la gracia de estado , solo la tienen los sacerdores ????
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor eduarod » Sab Jun 11, 2011 10:49 pm

Estimada en Cristo mar azul:
mar azul escribió:La clave de todo este tema esta en la gracia de estado , solo la tienen los sacerdores ????


Si, la Gracia de estado propia de la misión a la que han sido llamados los sacerdotes ministeriales, solo ellos la tienen.
Ve por favor el siguiente aporte.

Que Dios te bendiga.
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor mar azul » Sab Jun 11, 2011 11:25 pm

Cual aporte Eduardo ?
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor eduarod » Dom Jun 12, 2011 1:10 am

Este: ;)
mar azul escribió:A ver.....aca hay una interpretacion incorrecta a mi modo de ver las cosas . Nadie esta diciendo que no sea correcto consultar con un sacerdote , pero tampoco con un laico , SIEMPRE y cuando AMBOS esten en ESTADO DE GRACIA .
Esta es la cuestion .
Y como sabemos puede perderse este estado en ambos casos y tampoco corresponde empezar a hablar de cuales son las causas y todo ese rollo .

Mas arriba puse cual es la definicion de estado de gracia y esta muy claro .

Estimada en Cristo mar azul:

Hay que tener cuidado de no confundir la Gracia de estado, con el estado de gracia, son dos conceptos muy distintos.
La Gracia de estado, que corresponde realmente a la definición que pusiste antes, es la ayuda especial que Dios da a una persona determinada para el cumplimiento de la misión que Él mismo le ha encomendado, según su estado de vida (sacerdocio, matrimonio, vida religiosa, etc.). Así, los padres tienen una ayuda especial para cuidar y formar a sus hijos, lo que de hecho no solo complementa, sino es la parte más importante y fundamental del fin procreativo del Matrimonio cristiano: engendrar a los hijos no solo a la vida en este mundo, sino también a la Vida Eterna.
Hoy en día, por el contrario, existe una fuerte tendencia a hacer creer a los padres que, si no son pedagogos expertos, son completamente incapaces de formar y encauzar apropiadamente a sus hijos, de modo que requieren para ello necesariamente contar con la ayuda de un "experto", que si no tome en sus propias manos la educación de los niños, al menos si indique a los padres qué tienen que hacer.
En realidad esa tendencia es una negación práctica de la Gracia de Estado de los padres, donde se considera que lo único que cuenta es el conocimiento humano (que no es sino una forma de experiencia acumulada, experiencia que no necesariamente se ha entendido y aprovechado correctamente, por cierto).
En cambio, los padres que cuentan más con la Gracia que Dios les ha dado para cumplir con su misión que con el conocimiento humano que pudieran o no tener (y del cual Dios puede servirse si lo tienen, pero que Dios no necesariamente necesita), pueden lograr más y mejores cosas que aquellos que confian en el conocimiento humano que tienen. Porque la experiencia humana es limitada y falible, mientras que el Conocimiento de Dios es Ilimitado y Verdadero.
Ya nos lo dice el Pange Lingua:
Præstet fides supplementum
Sensuum defectui.
La fe provea y supla
lo que los sentidos no alcanzan.

Aunque originalmente estas palabras se refieren a la Sagrada Eucaristía, y nos dicen que ahí donde los sentidos no logran ver ni sentir más que pan y vino, sea la Fé la que nos eleve por encima de eso que los sentidos logran percibir y nos permita ver la Presencia Real del Señor en su Cuerpo y en su Sangre.
Pero igualmente aplican al caso, porque ahí donde los conocimientos y habilidades humanas no llegan ni alcanzan, por medio de la Fé el hombre puede proveer y suplir, precisamente por la Gracia que recibe de Dios, eso que sus habilidades no alcanzan. De ahí que una madre o un padre que sean personas de Fé profunda, pueden guiar y orientar mucho mejor a sus hijos que los más avanzados pedagogos. No tal vez para el éxito económico o social mundano, desde luego, pero si para orientar su vida en el servicio al Señor, que es lo que les pone en camino de alcanzar la Vida Eterna.
Claro, los padres deben ser diligentes en aprovechar aquello que la experiencia humana acumulada les pueda enseñar, pues ya dijimos que incluso la ayuda de Dios para resolver una situación determinada les puede llegar por este camino si Dios decide servirse de la transmisión de esa experiencia entre los hombres. Pero lo que hay que entender es que de ningún modo esa preparación humana es crítica o determinante en el sentido de que quien no la tenga o pueda tener no tiene nada que hacer educando a sus hijos, pues ciertamente Dios se puede servir de otros medios para indicar a los padres el camino a seguir aún cuando estos no hayan tenido acceso a la experiencia de otras personas.
Por el contrario, demasiado énfasis en la pedagogía, etc. con frecuencia hace a los padres confiar más en el conocimiento humano que han adquirido. El cual ya dijimos que es falible e inseguro. De modo que son los mismos padres los que, falsamente sustentados en esa sabiduría humana, pueden boicotear ellos mismos los impulsos de la Gracia que se niegan a seguir en la medida en que no coincidan con lo que se les ha enseñado que la pedagogía recomienda.
Por eso, los padres cristianos sensatos deben siempre entender que los conocimientos humanos pueden ser un instrumento, pero que, mucho más importante que ese instrumento, es llevar una vida cercana a Dios (la que ciertamente incluirá oración y Sacramentos) por la cual puedan percibir y aprovechar los impulsos que Dios, en lo que constituye la Gracia de estado, les da para cumplir su misión. Esto signfica mantenerse en estado de Gracia para poder aprovechar las Gracias de estado, más adelante profundizaremos un poco más en esto.

Ahora bien, los padres no son los únicos que han recibido una misión del Señor, ni su misión es la única que puede existir, ni esa misión particular es suficiente.
Pues los padres ciertamente pueden engendrar a sus hijos para la vida eterna, y así, mediante el ejercicio de su sacerdocio ordinario, participar en la obra Redentora de Cristo según les corresponde.
Pero así como la subsistencia material del hombre no está asegurada por el solo hecho de ser engendrado, así tampoco la subsistencia espiritual está asegurada por el solo hecho de ser engendrado, iniciado y encaminado.
¿Cómo podría siquiera un niño completar su iniciación cristiana sin la Eucaristía, la que sus padres normalmente no han sido llamados a confeccionar? E incluso si un sacerdote casado (p.ej. en la Iglesia de rito oriental) confecciona a sus hijos la Eucaristía, esto no lo hace en virtud del Sacramento del Matrimonio y de ser el padre biológico del niño, sino lo hace en virtud del Sacramento del Orden que ha recibido.
Así, vemos que el sacerdote recibe también una Gracia de estado, pero PROPIA DE SU ESTADO y, por ello DISTINTA a la que reciben los padres para educar a sus hijos.
Los padres están llamados a servir a la Vida participando principalmente en la obra Creadora de Dios.
El sacerdote ministerial en cambio, está llamado a servir a la Vida teniendo una participación mayor a la que los padres están llamados a tener en la obra Redentora de Cristo.
Obviamente eso no quiere decir que los padres no contribuyan a la obra Redentora de Cristo, ya dijimos que su misión de engendrar a sus hijos a la Vida de la Gracia, a la Vida Eterna, es más importante aún que la de engendrarlos biológicamente.
Por eso el sacerdote ministerial puede perdonar los pecados en el Sacramento de la Reconciliación, actualizar sacramentalmente el Supremo Sacrificio de Cristo en la Cruz por medio del Sacramento de la Eucaristía, etc. Cosas que los padres simplemente no pueden hacer.

Y bueno, si consideramos que una de las principales características de la obra Redentora de Cristo es precisamente la de suplementar aquello que falló en otras instancias que normalmente hubieran debido funcionar mejor, llevando las cosas a una nueva y superior plenitud; pues entonces está claro que es un error pensar que "el éxito" de la iniciación cristiana del niño puede quedar irremediablemente marcado por lo que sus padres hicieron o dejaron de hacer.
No es necesariamente así: precisamente la misión del sacerdote ministerial, y la Gracia que recibe para ello, la Gracia de estado propia de su estado de vida, es la que necesita para rescatar aquello que otras instancias fallaron en crear y sublimarlo de la misma manera en que Cristo sublimó nuestra naturaleza caida, haciéndole mejor de lo que originalmente era.
Por eso es que en NINGÚN caso es equivocado el consejo de quien remite a un sacerdote de probada santidad, es decir, fiel a los impulsos de la Gracia que recibe para el cumplimiento de su misión.
Si, legítimamente se podría pensar que, en ciertos temas y en ciertos casos -evidentemente hablamos respecto a los asuntos que competen al cumplimiento de la misión propia de los padres- ese consejo justamente ignora esa instancia de los padres como una primera y más ordinaria instancia para resolver el problema, lo cual haría al consejo incompleto, más no errado. Se podría ciertamente incluir la posibilidad de acudir a los padres si el asunto en cuestión lo amerita y si los padres son buenas personas cercanas a Dios (de lo contrario, por muy padres que sean, y por muy pedagógicamente que estén preparados, pueden dar consejos tan erroneos como los de un sacerdote que anteponga la sabiduría del mundo a los impulsos de la Gracia). Pero en todo caso, la conveniencia de remitir a los padres no anula la bondad del consejo de acudir al sacerdote que tiene también la Gracia de estado apropiada para aconsejar a los fieles confiados a su cuidado en cuestiones de naturaleza espiritual.
Ahora bien, respecto a la afirmación con la que se abrió el tema y como se ha señalado ya por parte de otros hermanos, tales temas NO incluyen particularmente las dudas respecto al sentido de lo enseñado por el Magisterio, ya que los padres no han sido llamados a ser guardianes del Depósito de la Fé, sino más bien transmisores del mismo. Evidentemente por ello un padre puede llegar a orientar a su hijo en esos asuntos si él a su vez ha sido debidamente orientado (ahi transmite la Fé que él mismo a su vez ha recibido de los que SI han sido constituidos como guardianes); pero no es esa su misión particular ni, por lo mismo, la Gracia de estado que recibe para el cumplimiento de su misión le habilita particularmente para realizar correctamente esa función. Por tanto, respecto a ese asunto en particular, SI es más pertinente remitir a la persona que tiene dudas sobre la enseñanza del Magisterio a quien haya recibido el ministerio sacerdotal.

Ahora bien, al principio decíamos que no es lo mismo la Gracia de estado, sobre la que mayormente hemos venido hablando, que el estado de gracia.
El estado de gracia es algo muy distinto y es básicamente el mantener la amistad con Dios. Una persona santa se mantendrá en estado de gracia. El Catecismo nos enseña que el pecado mortal "entraña la pérdida de la caridad y la privación de la gracia santificante, es decir, del estado de gracia." De donde vemos que el estado de gracia básicamente consisten en mantener la caridad y la gracia santificante. Y bueno a su vez, respecto a la Gracia santificante el Catecismo nos dice:
2000 La gracia santificante es un don habitual, una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. Se debe distinguir entre la gracia habitual, disposición permanente para vivir y obrar según la vocación divina, y las gracias actuales, que designan las intervenciones divinas que están en el origen de la conversión o en el curso de la obra de la santificación.

Entonces, es evidente que solo podrá obrar de acuerdo al Amor de Dios aquel que se mantenga en estado de Gracia.
De modo que, aunque genéricamente se puede decir que TODA persona casada cuenta con la Gracia de estado propia para educar a sus hijos; o que TODO sacerdote cuenta con la Gracia de estado propia de su misión de colaborar a la obra Redentora de Cristo; por otra parte, tan solo aquellos padres y aquellos sacerdotes que se mantengan en estado de Gracia podrán obrar de acuerdo a los influjos de Dios, de esas ayudas que constituyen propiamente la Gracia de estado. Ahí es donde entra la parte del consejo de que el sacerdote sea de probada santidad, o, para el caso, donde habría que hablar también de que los padres sean hombres de Fé (y no unos desobligados irresponsables, unos hombres temerosos que desconfien de la ayuda que Dios les pueda dar para orientar a sus hijos, o unos amantes de la pedagogía, la sabiduría humana y el éxito mundano).

Resumiendo entonces: la Gracia de estado es una de las gracias especiales que Dios da, en este caso un Don particular que ayuda a la persona a realizar las tareas propias de la misión que se le ha encomendado en forma específica: a los padres para educar a sus hijos, a los sacerdotes para guiar espiritualmente a los fieles, etc. Pero esos Dones especiales y particulares NO pueden ser aprovechados si la persona no está a su vez en estado de Gracia, si no vive y obra de acuerdo al Amor de Dios. Por tanto, tan solo conviene confiar en los consejos que nos dan aquellos padres y aquellos sacerdotes que orientan sus consejos de acuerdo a lo que la Gracia les inspira, y no de acuerdo a la sabiduría humana u otros intereses.

Y sobre el tema principal, podemos concluir que es SIEMPRE ACERTADO, aunque tal vez a veces incompleto (en el sentido de que en algunas cuestiones también puede ser conveniente recurrir a unos buenos papás), el consejo de recurrir a un sacerdote de probada santidad para resolver cuestiones y problemas de la vida espiritual. Y ese consejo es particularmente pertinente respecto a resolver dudas sobre la enseñanza del Magisterio, pues esto entra más dentro de la misión propia del sacerdocio ministerial que dentro de la misión de los padres de familia.

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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor Tadeo » Dom Jun 12, 2011 12:41 pm

eduarod escribió:Este: ;)
mar azul escribió:A ver.....aca hay una interpretacion incorrecta a mi modo de ver las cosas . Nadie esta diciendo que no sea correcto consultar con un sacerdote , pero tampoco con un laico , SIEMPRE y cuando AMBOS esten en ESTADO DE GRACIA .
Esta es la cuestion .
Y como sabemos puede perderse este estado en ambos casos y tampoco corresponde empezar a hablar de cuales son las causas y todo ese rollo .

Mas arriba puse cual es la definicion de estado de gracia y esta muy claro .

Estimada en Cristo mar azul:

Hay que tener cuidado de no confundir la Gracia de estado, con el estado de gracia, son dos conceptos muy distintos.
La Gracia de estado, que corresponde realmente a la definición que pusiste antes, es la ayuda especial que Dios da a una persona determinada para el cumplimiento de la misión que Él mismo le ha encomendado, según su estado de vida (sacerdocio, matrimonio, vida religiosa, etc.). Así, los padres tienen una ayuda especial para cuidar y formar a sus hijos, lo
que de hecho no solo complementa, sino es la parte más importante y fundamental del fin procreativo del Matrimonio cristiano: engendrar a los hijos no solo a la vida en este mundo, sino también a la Vida Eterna.
Hoy en día, por el contrario, existe una fuerte tendencia a hacer creer a los padres que, si no son pedagogos expertos, son completamente incapaces de formar y encauzar apropiadamente a sus hijos, de modo que requieren para ello necesariamente contar con la ayuda de un "experto", que si no tome en sus propias manos la educación de los niños, al menos si indique a los padres qué tienen que hacer.
En realidad esa tendencia es una negación práctica de la Gracia de Estado de los padres, donde se considera que lo único que cuenta es el conocimiento humano (que no es sino una forma de experiencia acumulada, experiencia que no necesariamente se ha entendido y aprovechado correctamente, por cierto).
En cambio, los padres que cuentan más con la Gracia que Dios les ha dado para cumplir con su misión que con el conocimiento humano que pudieran o no tener (y del cual Dios puede servirse si lo tienen, pero que Dios no necesariamente necesita), pueden lograr más y mejores cosas que aquellos que confian en el conocimiento humano que
tienen. Porque la experiencia humana es limitada y falible, mientras que el Conocimiento de Dios es Ilimitado y Verdadero.
Ya nos lo dice el Pange Lingua:
Præstet fides supplementum
Sensuum defectui.
La fe provea y supla
lo que los sentidos no alcanzan.

Aunque originalmente estas palabras se refieren a la Sagrada Eucaristía, y nos dicen que ahí donde los sentidos no logran ver ni sentir más que pan y vino, sea la Fé la que nos eleve por encima de eso que los sentidos logran percibir y nos permita ver la Presencia Real del Señor en su Cuerpo y en su Sangre.
Pero igualmente aplican al caso, porque ahí donde los conocimientos y habilidades humanas no llegan ni alcanzan, por medio de la Fé el hombre puede proveer y suplir, precisamente por la Gracia que recibe de Dios, eso que sus habilidades no alcanzan. De ahí que una madre o un padre que sean personas de Fé profunda, pueden guiar y orientar mucho mejor a sus hijos que los más avanzados pedagogos. No tal vez para el éxito económico o social mundano, desde luego, pero si para orientar su vida en el servicio al Señor, que es lo que les pone en camino de alcanzar la Vida Eterna.

Claro, los padres deben ser diligentes en aprovechar aquello que la experiencia humana acumulada les pueda enseñar, pues ya dijimos que incluso la ayuda de Dios para resolver una situación determinada les puede llegar por este camino si Dios decide servirse de la transmisión de esa experiencia entre los hombres. Pero lo que hay que entender es que de ningún modo esa preparación humana es crítica o determinante en el sentido de que quien no la tenga o pueda tener no tiene nada que hacer educando a sus hijos, pues ciertamente Dios se puede servir de otros medios para indicar a los padres el camino a seguir aún cuando estos no hayan tenido acceso a la experiencia de otras personas.
Por el contrario, demasiado énfasis en la pedagogía, etc. con frecuencia hace a los padres confiar más en el conocimiento humano que han adquirido. El cual ya dijimos que es falible e inseguro. De modo que son los mismos padres los que, falsamente sustentados en esa sabiduría humana, pueden boicotear ellos mismos los impulsos de la Gracia que se niegan a seguir en la medida en que no coincidan con lo que se les ha enseñado que la pedagogía recomienda.
Por eso, los padres cristianos sensatos deben siempre entender que los conocimientos humanos pueden ser un instrumento, pero que, mucho más importante que ese instrumento, es llevar una vida cercana a Dios (la que ciertamente incluirá
oración y Sacramentos) por la cual puedan percibir y aprovechar los impulsos que Dios, en lo que constituye la Gracia de estado, les da para cumplir su misión. Esto signfica mantenerse en estado de Gracia para poder aprovechar las Gracias de estado, más adelante profundizaremos un poco más en esto.

Ahora bien, los padres no son los únicos que han recibido una misión del Señor, ni su misión es la única que puede existir, ni esa misión particular es suficiente.
Pues los padres ciertamente pueden engendrar a sus hijos para la vida eterna, y así, mediante el ejercicio de su sacerdocio ordinario, participar en la obra Redentora de Cristo según les corresponde.
Pero así como la subsistencia material del hombre no está asegurada por el solo hecho de ser engendrado, así tampoco la subsistencia espiritual está asegurada por el solo hecho de ser engendrado, iniciado y encaminado.
¿Cómo podría siquiera un niño completar su iniciación cristiana sin la Eucaristía, la que sus padres normalmente no han sido llamados a confeccionar? E incluso si un sacerdote casado (p.ej. en la Iglesia de rito oriental) confecciona a sus hijos la Eucaristía, esto no lo hace en virtud del Sacramento del Matrimonio y de ser el padre biológico del niño, sino lo hace en virtud del Sacramento del Orden que ha recibido.
Así, vemos que el sacerdote recibe también una Gracia de estado, pero PROPIA DE SU ESTADO y, por ello DISTINTA a la
que reciben los padres para educar a sus hijos.
Los padres están llamados a servir a la Vida participando principalmente en la obra Creadora de Dios.
El sacerdote ministerial en cambio, está llamado a servir a la Vida teniendo una participación mayor a la que los padres están llamados a tener en la obra Redentora de Cristo.
Obviamente eso no quiere decir que los padres no contribuyan a la obra Redentora de Cristo, ya dijimos que su misión de engendrar a sus hijos a la Vida de la Gracia, a la Vida Eterna, es más importante aún que la de engendrarlos biológicamente.
Por eso el sacerdote ministerial puede perdonar los pecados en el Sacramento de la Reconciliación, actualizar sacramentalmente el Supremo Sacrificio de Cristo en la Cruz por medio del Sacramento de la Eucaristía, etc. Cosas que los padres simplemente no pueden hacer.

Y bueno, si consideramos que una de las principales características de la obra Redentora de Cristo es precisamente la de suplementar aquello que falló en otras instancias que normalmente hubieran debido funcionar mejor, llevando las cosas a una nueva y superior plenitud; pues entonces está claro que es un error pensar que "el éxito" de la iniciación cristiana del niño puede quedar irremediablemente marcado por lo que sus padres hicieron o dejaron de hacer.

No es necesariamente así: precisamente la misión del sacerdote ministerial, y la Gracia que recibe para ello, la Gracia de estado propia de su estado de vida, es la que necesita para rescatar aquello que otras instancias fallaron en crear y sublimarlo de la misma manera en que Cristo sublimó nuestra naturaleza caida, haciéndole mejor de lo que originalmente era.
Por eso es que en NINGÚN caso es equivocado el consejo de quien remite a un sacerdote de probada santidad, es decir, fiel a los impulsos de la Gracia que recibe para el cumplimiento de su misión.
Si, legítimamente se podría pensar que, en ciertos temas y en ciertos casos -evidentemente hablamos respecto a los asuntos que competen al cumplimiento de la misión propia de los padres- ese consejo justamente ignora esa instancia de los padres como una primera y más ordinaria instancia para resolver el problema, lo cual haría al consejo incompleto, más no errado. Se podría ciertamente incluir la posibilidad de acudir a los padres si el asunto en cuestión lo amerita y si los padres son buenas personas cercanas a Dios (de lo contrario, por muy padres que sean, y por muy pedagógicamente que estén preparados, pueden dar consejos tan erroneos como los de un sacerdote que anteponga la sabiduría del mundo a los impulsos de la Gracia). Pero en todo caso, la conveniencia de remitir a los padres no anula la bondad del consejo de acudir al sacerdote que tiene también la Gracia de estado apropiada para aconsejar a los fieles confiados a su cuidado en cuestiones de naturaleza espiritual.
Ahora bien, respecto a la afirmación con la que se abrió el tema y como se ha señalado ya por parte de otros hermanos, tales temas NO incluyen particularmente las dudas respecto al sentido de lo enseñado por el Magisterio, ya que los padres no han sido llamados a ser guardianes del Depósito de la Fé, sino más bien transmisores del mismo. Evidentemente por ello un padre puede llegar a orientar a su hijo en esos asuntos si él a su vez ha sido debidamente orientado (ahi transmite la Fé que él mismo a su vez ha recibido de los que SI han sido constituidos como guardianes); pero no es esa su misión particular ni, por lo mismo, la Gracia de estado que recibe para el cumplimiento de su misión le habilita particularmente para realizar correctamente esa función. Por tanto, respecto a ese asunto en particular, SI es más pertinente remitir a la persona que tiene dudas sobre la enseñanza del Magisterio a quien haya recibido el ministerio sacerdotal.

Ahora bien, al principio decíamos que no es lo mismo la Gracia de estado, sobre la que mayormente hemos venido hablando, que el estado de gracia.
El estado de gracia es algo muy distinto y es básicamente el mantener la amistad con Dios. Una persona santa se mantendrá en estado de gracia. El Catecismo nos enseña que el pecado mortal "entraña la pérdida de la caridad y la
privación de la gracia santificante, es decir, del estado de gracia." De donde vemos que el estado de gracia básicamente consisten en mantener la caridad y la gracia santificante. Y bueno a su vez, respecto a la Gracia santificante el Catecismo nos dice:
2000 La gracia santificante es un don habitual, una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. Se debe distinguir entre la gracia habitual, disposición permanente para vivir y obrar según la vocación divina, y las gracias actuales, que designan las intervenciones divinas que están en el origen de la conversión o en el curso de la obra de la santificación.

Entonces, es evidente que solo podrá obrar de acuerdo al Amor de Dios aquel que se mantenga en estado de Gracia.
De modo que, aunque genéricamente se puede decir que TODA persona casada cuenta con la Gracia de estado propia para educar a sus hijos; o que TODO sacerdote cuenta con la Gracia de estado propia de su misión de colaborar a la obra Redentora de Cristo; por otra parte, tan solo aquellos padres y aquellos sacerdotes que se mantengan en estado de Gracia podrán obrar de acuerdo a los influjos de Dios, de esas ayudas que constituyen propiamente la Gracia de estado. Ahí es donde entra la parte del consejo de que el sacerdote sea de probada santidad, o, para el caso, donde habría que hablar también de que los padres sean hombres de Fé (y no unos desobligados irresponsables, unos hombres temerosos que
desconfien de la ayuda que Dios les pueda dar para orientar a sus hijos, o unos amantes de la pedagogía, la sabiduría humana y el éxito mundano).

Resumiendo entonces: la Gracia de estado es una de las gracias especiales que Dios da, en este caso un Don particular que ayuda a la persona a realizar las tareas propias de la misión que se le ha encomendado en forma específica: a los padres para educar a sus hijos, a los sacerdotes para guiar espiritualmente a los fieles, etc. Pero esos Dones especiales y particulares NO pueden ser aprovechados si la persona no está a su vez en estado de Gracia, si no vive y obra de acuerdo al Amor de Dios. Por tanto, tan solo conviene confiar en los consejos que nos dan aquellos padres y aquellos sacerdotes que orientan sus consejos de acuerdo a lo que la Gracia les inspira, y no de acuerdo a la sabiduría humana u otros intereses.

Y sobre el tema principal, podemos concluir que es SIEMPRE ACERTADO, aunque tal vez a veces incompleto (en el sentido de que en algunas cuestiones también puede ser conveniente recurrir a unos buenos papás), el consejo de recurrir a un
sacerdote de probada santidad para resolver cuestiones y problemas de la vida espiritual. Y ese consejo es particularmente pertinente respecto a resolver dudas sobre la enseñanza del Magisterio, pues esto entra más dentro de la misión propia del sacerdocio ministerial que dentro de la misión de los padres de familia.

Que Dios te bendiga.



Es una gran satisfacción leer este tipo de intervenciones tan elaboradas . Esto es de gran aprovechamiento espiritual para todos. Muchas gracias.
"No debemos callar por más tiempo.Hay muchos padres que no pueden dar pan a sus hijos siempre que se lo piden. La mayor parte de los obreros tienen hambre de pan y carecen de muchas cosas necesarias." (Cardenal Tarancón)
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor mar azul » Dom Jun 12, 2011 4:49 pm

Mi querido y" viejo" amigo Eduardo : siempre atento , amable y paciente ....gracias por la respuesta tan clara , realmente tenia confusion con los dos terminos .
Me quedo bien claro :)
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Re: ¿Por qué se recomienda consultar con un sacerdote?

Notapor camilo1963 » Jue Jun 16, 2011 5:11 am

mar azul escribió:porque nadie como un sacerdote bien formado a luz del magisterio , que nadie como el debe conocer , dara una vision desde todo punto de vista , catolico , filosofico y sicologico , porque un buen sacerdote no se aparta de lo que dice la doctrina y a su vez ve al ser humano en toda su dimension .
personalmente he encontrado en el sacerdote una guia de vida que me llevo a la luz de todo problema que me confundia y que no era por falta de fe .

2050 El Romano Pontífice y los obispos, como maestros auténticos, predican al pueblo de Dios la fe que debe ser creída y aplicada a las costumbres. A ellos corresponde también pronunciarse sobre las cuestiones morales que atañen a la ley natural y a la razón.
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