- Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. (Juan 12, 32)
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sino que aun el deseo de secundar la obra de la gracia en nuestra alma es ya obra de la gracia que nos inspira y transforma.
Somos como la vida divina misma
Porque no faltan quienes —no advirtiendo bastante que el apóstol Pablo habló de esta materia sólo metafóricamente, y no distinguiendo suficientemente, como conviene, los significados propios y peculiares de cuerpo físico, moral y místico—, fingen una unidad falsa y equivocada, juntando y reuniendo en una misma persona física al Divino Redentor con los miembros de la Iglesia y, mientras atribuyen a los hombres propiedades divinas, hacen a Cristo nuestro Señor sujeto a los errores y a las debilidades humanas. Esta doctrina falaz, en pugna completa con la fe católica y con los preceptos de los Santos Padres, es también abiertamente contraria a la mente y al pensamiento del Apóstol, quien aun uniendo entre sí con admirable trabazón a Cristo y su Cuerpo místico, los opone uno a otro como el Esposo a la Esposa (Pio XII, Encíclica Mystici Corporis)
miles_dei escribió:Esto también es cosa mía.
luis manuel escribió:Somos como la vida divina misma, comunicándose y dándose y vivida por nosotros en total libertad
de su entrega total, ontológica
Ramon de Bcn escribió:La sola idea de comparar a Jesús con Aristóteles sí que me parece ofensiva. Aristóteles no es más que uno de tantos pastores ciegos, como lo son todos los filósofos no cristianos. Pero bueno, ése no es el tema.
Me parece que no me he expresado bien, y por mi torpeza os he movido a escándalo, así que os pido perdón.
Lo que quise decir es que si Jesús no hubiera muerto AUN, es decir, si hubiera tenido la suerte de que mi tiempo en este mundo coincidiera con el de Cristo, si hubiera tenido la fortuna de ser uno de tantos que escucharon el sermón de las bienaventuranzas, aún sin saber que Jesús iba a morir por nuestros pecados, aún sin conocer la promesa de resurrección, le hubiera seguido igualmente, si esa hubiera sido Su Voluntad.
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