En relación a La Discreción
¿Qué es la virtud de la discreción y cuáles son las otras virtudes que le acompañan?
R. La discreción es la pequeña virtud de la delicadeza, de la fineza espiritual, de la prudencia en el juzgar, en el obrar, en el hablar, en el mirar, la que nos lleva actuar y hablar con oportunidad. Discreción es el mundo de la medida, de la mesura.
Las virtudes que la acompañan son: la prudencia, el respeto y la solidaridad
¿Cuáles son los comportamientos característicos de una persona discreta?
R. Una persona discreta Una persona discreta no invadirá ni violentará además, la intimidad ajena. No hará comentarios que irriten al prójimo, que lo incomoden, que lo violenten. No hará preguntas inoportunas ni en público ni en privado.
No comentará lo que debe callar, lo que se le confió como un secreto, ni lo ajeno ni las propias intimidades. Se reflejará un comportamiento prudente, comedido y oportuno.
¿Cuáles son los vicios contrarios a esta virtud y por qué?
R. El vicio opuesto a la discreción es la indiscreción.
No está implícito en ella, pero en algunos casos, la indiscreción está acompañada de hipocresía o de falsa sinceridad para con quien se comete la indiscreción, ya que es precisamente una prueba de nuestra lealtad y amistad el guardar lo que se nos confió en secreto.
¿Por qué te consideras una persona decreta? ¿Por qué no?
R. Aprendí a ser una persona discreta de una forma dramática, ya que de niña mi mamá no le parecía normal el comportamiento natural y espontáneo propio de la edad y cuando decía algo delante de alguien, ella me reprendía delante de la gente y hasta me pegaba, lo cual me causaba mucha vergüenza, luego, a solas reforzaba el regaño y generalmente me amenazaba con reprenderme con más fuerza. Por supuesto, cuando iba a hablar, primero buscaba su aprobación, para no ganarme un regaño o un golpe. Con esta enseñanza cuando crecí aprendí a guardar discreción, prudencia y sobretodo trato de ser oportuna con mis actos y comentarios. No fue fácil aprender de esa forma, pero comprendí que era la que ella conocía, tal vez también aprendió así, yo la perdono, ya no está conmigo desde hace mucho tiempo y le agradezco enormemente el que me haya enseñado tantos valores y haya tratado de educarme como una mejor persona.
En relación a La Sobriedad
¿Qué es la virtud de la sobriedad y de cuales virtudes se apoya? ¿Cómo se distingue esta virtud?
R. Significa la moderación y templanza en cualquier materia, pero en sentido propio o estricto, es una virtud especial que tiene por objeto moderar, de acuerdo con la razón iluminada por la fe, el uso de las bebidas embriagantes”.
Es la virtud que modera y distingue entre lo que es razonable y lo que es inmoderado, para que utilicemos razonablemente los cinco sentidos, el tiempo, el dinero, y hasta los esfuerzos.
La sobriedad se apoya en la mesura, la prudencia y la templanza. La sobriedad es luchar contra el deseo de dar al cuerpo siempre lo que quiere en orden al placer, ya que lo que constatamos con más facilidad son los placeres y la satisfacción de los sentidos.
¿Por qué la sobriedad es importante en la vida del cristiano?
R. Para vivir en cristiano hay que luchar contra la esclavitud de los sentidos. Hay que conocer y vivir los valores que permitan mirar hacia arriba, hacia lo que perdura, hacia el cielo. Por lo tanto hay que buscarlos, usando la inteligencia y la voluntad.
Es imposible vivir cristianamente y crecer en la vida espiritual si estoy atado a los placeres humanos de una manera desordenada, ya que el embotamiento de los sentidos impide y entorpece sobremanera la vida del espíritu. Es lícito tener buen gusto, cultivar el poder rodearse de cosas bellas y disfrutar de los bienes y placeres que Dios nos ha permitido que tuviéramos, pero para vivir en cristiano el placer no debe ser la meta de la vida, sino usar de ellos moderadamente de manera que no me distraigan de mi camino al cielo.
¿ Por qué no es bueno para el alma ver todo lo que puede verse, ni oír todo lo que puede oírse, ni comprar todo lo que podemos comprarnos, ni aún comer y beber todo lo que tengamos enfrente? ¿Cómo encontrar el equilibrio para vivir sobriamente sin despreciar el mundo moderno en que vivimos? ¿Cuáles son los vicios contrarios a esta virtud? ¿Te consideras una persona sobria?
R. No es conveniente otorgar al cuerpo la satisfacción de los sentidos ante la prudencia y la mesura que siempre están presentes en nuestra vida, perderíamos el control, de sí mismos y nos arriesgaríamos a depender de otros para nuestro convivir diario; no seríamos capaces de enfrentarnos a las metas y las vivencias que nos presenta el día a día y esto comprende desde la comida y en la bebida, los gastos, en las diversiones, en los gastos superfluos, en los gustos y caprichos que nos demos, en el uso del tiempo, y hasta en las demostraciones efusivas y desproporcionadas de los afectos.
La sobriedad nos permite manejar esa medida en todos los órdenes, pero se nota especialmente en el comer y en el beber.
Yo considero que el equilibrio reside en la reflexión que hagamos de nuestra vida terrena, al considerar que exista otra vida más allá de esta que es la que verdaderamente importa y que los actos que tengamos en esta, van a influir en la cercanía de aquella, esto implica que debemos vivir para glorificar a Dios, para estar conscientes de que sin el no podemos vivir, pero que debemos hacer un uso efectivo de los bienes que nos proporciona, que el ser espiritual también implica disfrutar de la belleza, el bienestar y el confort de la vida, a veces en la medida de nuestros esfuerzos y otras depende de las oportunidades que se presenten.
El vicio opuesto a la sobriedad es lo inmoderado y lo exagerado, la intemperancia de darle satisfacción inmediata a los sentidos, a los deseos, a los caprichos que invaden nuestras vidas y las ajenas.
No, no soy una persona sobria, aún no he alcanzado el punto de la mesura para imponer ese orden en mi vida, no soy rica, pero las ganancias producto de mi trabajo, generalmente las utilizo para adquirir cosas, a veces innecesarias, sobretodo en lo que se refiere a la moda, también me dejo llevar por las marcas y lo que me ofrece el mundo de la publicidad, aunque en la mayoría de los casos no puedo adquirirlas, debido a la situación de austeridad por la alta inflación, que estamos viviendo en mi país. Pero no, en líneas generales, no soy una persona sobria.