por lisieux12 » Lun Feb 28, 2011 2:35 pm
Modestia
1. Es la virtud que modera los movimientos internos ordenando la apariencia externa de la persona. Es el espíritu prudente y cauto que nos marca los pasos que no debemos dar ni seguir para no caer en situaciones peligrosas que nos afecten. Es la cautela y la reserva en nuestras maneras.
2. La Templanza porque hay que gobernar nuestros gustos en nuestro comportamiento. La Prudencia porque debemos ser prudentes al no hacer lo inconveniente y reservar lo que así deba ser y mantener nuestro comportamiento en los límites que nos corresponden por ser quienes somos, el lugar y jerarquía que ocupamos en la sociedad y nuestra dignidad sobrenatural de hijos de Dios ya que la persona tiene un cuerpo que encierra un alma inmortal.
3. La Modestia custodia de los sentidos. La modestia nos protege en esos primeros pasos que no debemos dar, nos lleva a mantener oculto lo que así debe ser y nos indica lo que no debemos hacer para comportarnos imprudentemente.
4. En el trato don los demás lleva la atención de estos hacia el intelecto no hacia el físico, controla sus movimientos corporales, sus miradas, tono de voz, para evitar llamar a una mayor intimidad o despertar los sentidos y las pasiones más bajas en los otros, sino más bien expresa su respeto a Dios y a los demás, se viste de una manera recatada tanto íntima como exteriormente, discreta, limpia y elegante, de acuerdo al lugar y situación, sabe comportarse y respetar a una persona según su condición y jerarquía, lleva un estilo de vida que carece de ostentación, de cosas superfluas, pero sí tiene el orden, la sencillez y la medida de lo justo y de lo digno, mantiene su cuerpo oculto al público, y si vive en un ambiente en que no se respeta a Dios debe más bien recordar que el cuerpo es templo del Espíritu Santo, se esfuerzan por transmitir los valores que protegen la moral de las personas y elevaban hacia Dios los usos y costumbres de los pueblos.
5. Debemos aprender a ser dóciles a las inspiraciones interiores que nos llevan a actuar con modestia para evitar ser imprudentes, si atendemos a ese llamado interior al bien, ese llamado cada vez es más claro y profundo dentro de nosotros. Dejémonos guiar por las mociones del Espíritu Santo
Pudor
1. El pudor es una virtud innata en toda persona que “reconoce el valor de su propia intimidad y respeta la de los demás. Mantiene su intimidad a cubierto de extraños, rechazando lo que puede dañarla y la descubre únicamente en circunstancias que sirvan para la mejora propia o ajena”. Es lo que nos mueve a no mostrar lo que debe permanecer escondido. El pudor es la piel del alma que, cuando es invadida o avasallada, nos produce vergüenza. Es por eso que el extraño no debe pasar a través de este espacio que resguarda y protege nuestra intimidad, y cuando se nos acerca más de lo debido (ya sea física o espiritualmente) nos genera violencia.
2. Educar en el sentido del pudor signifique educar en el resguardo de la propia intimidad, del modo de vestir, del modo de hablar, de la modestia de los gestos y los movimientos corporales. Una conciencia bien formada, serena, vigilante, equilibrada y consciente de las consecuencias de sus actos, defenderá la dignidad e intimidad del hombre en una actitud de respeto, no sólo hacia el propio cuerpo, sino hacia el de los demás.
3. El pudor interno atañe al mundo de los sentimientos y el pudor externo se refiere al cuerpo. Ambos enseñan todo sobre el mundo de la delicadeza y parten de la virtud de la templanza. El pudor va ligado a nuestra propia intimidad, que es la zona reservada de cada uno. Constituye el núcleo más hondo y arraigado de nuestra personalidad, de lo que nos pertenece, de ese mundo interior que nos hace ser personas únicas e irrepetibles por nuestro ser.
4. Yo noto en los distintos niveles de mi ambiente la carencia de pudor en el vestir de las jóvenes y a veces no tan jóvenes que les gusta mostrar la intimidad del cuerpo, y a las personas que vestimos de forma recatada se nos marca como anticuadas, pasadas de moda, llenas de tabús, etc. Veo mujeres embarazadas con ropa muy entallada o con el vientre descubierto. Un tiempo atrás recibí un correo con la dirección de una página web para publicar la experiencia de la primera relación sexual, por curiosidad e imprudencia la visité, me dio pena verla porque describían con demasiado detalle las situaciones y en muchos de los casos eran adulterios entre familiares cercanos de la pareja. Los jóvenes no valoran la castidad y la virginidad, y muchos ni siquiera saben que sí es posible vivirlos. Los temas de canciones, libros y películas tienen una carencia muy grande de pudor y de las demás virtudes. También he visto en televisión la entrevista de parejas homosexuales y así los presentan como pareja sentimental. No se respeta la intimidad del propio cuerpo ni el de los demás. Los jóvenes transitan en pijama tranquilamente todo el día en su casa o para salir a la tienda de la esquina. Se de algunas personas que comentan la intimidad de las casas que visitan o de las conversaciones íntimas de los demás. Personas que hablan de sus asuntos íntimos por el celular sin importar quién los esté escuchando. En fiestas y reuniones sociales la música con volumen muy alto que impide la conversación personal y estimula las miradas, los mensajes con el cuerpo. También veo que hay adicción sexual en algunas personas, así como relaciones extramaritales. Veo la gran audiencia que gusta de los reality shows, y siguen su desarrollo por sobre lo que sea, lo mismo que las series televisiva al estilo de “esposas desesperadas” en donde abundan situaciones totalmente carentes de pudor y de las demás virtudes. Muchos se preocupan de la belleza exterior y muy pocos de la belleza interior, de la belleza de su alma. Hace ya más de 10 años, en mi parroquia veo que se preocupan más de la belleza y cuidado de los edificios, que de la salvación de las almas, que de ir a buscar a los alejados, a los jóvenes a los niños. Para contrarrestar estas situaciones, yo me esfuerzo por vivir las diferentes virtudes, en especial la veracidad, la castidad y el pudor, las promuevo de palabras, aunque esto me trae enemistades. Yo pienso que la única manera de contrarrestarlas es poniendo a Dios en el centro de nuestras vidas, en el centro de nuestra familia en el centro de nuestra sociedad. Como dice Santa Teresa de Avila: solo Dios basta.
5. Muchas cosas cambiarían si se educara en el pudor, porque sería cambiar lo más íntimo de uno nuestra esencia, de dentro de nosotros saldría lo bueno, viviríamos lo bueno, como lo dijo Jesús, “la boca habla de lo que hay en el corazón”, y a los fariseos que se preocupaban por la purificación externa del cuerpo y de las cosas “lo que ensucia al hombre es lo que sale de su corazón”.
6. Debemos enseñar a los demás y enseñarnos a nosotros mismos tanto de palabra como de actitud a mantener nuestra intimidad a cubierto de extraños, a no mostrar lo que debe estar escondido, y practicarlo continuamente. Si cultivamos la práctica personal del pudor cambiaría muchas de nuestras actitudes externas, practicar el pudor sería como el comienzo del cambio de la sociedad.
Para la mayor Gloria de Dios